viernes, 24 de enero de 2014

Llamé a mis amigos y no me atendieron.
Llamé a mi terapeuta y no me atendió.
Llamé a mi vieja, y no me atendió 
(nunca me atiende).
Llamé a Dios, y no me atendió.
Llamé a la paz, y me dió ocupado.
Llamé al remisero, 
a la pizzería, 
a la casa de sepelios,
y ninguno contestó.
Llamé al amor: equivocado.
Llamé al AMOR EQUIVOCADO
Y me contestó.
Y tuvimos una charla
que duró casi una vida entera.
No era eso lo que yo buscaba,
pero fue una charla muy interesante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario