Hoy en día el amor es absolutamente descartable.
Vivimos en un tiempo en el que la gente reemplaza todo. Si alguien tiene una heladera que no funciona, no la arregla; la tira y se compra una nueva (a veces basta con cansarse de ver la misma heladera durante mucho tiempo, aunque siga enfriando). Por supuesto, siempre están algunos de esos locales de compra-venta que se encargan de comprar esos artefactos por un módico precio para arreglarlos y luego venderlos funcionando...
Lástima que ya nadie compra HELADERAS USADAS.
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