jueves, 23 de junio de 2011

No sé cuánto falta para que llegue el momento.
Sólo sé que va a llegar.
El momento en el que todos,
absolutamente todos, exploten.
De tanto amor.
De tanto odio.
Y los observaré a todos,
contemplándolos desde un lugar estratégico.

Gritarán, llorarán,
reirán compulsivamente.
Se congelarán para luego derretirse.
Y ahí estaré yo, debajo,
recogiendo con mi copa cada centímetro cúbico
de su líquida enfermedad...

El fin es inminente
y necesito saciar mi sed...

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